A medida que aumenta la productividad en el desarrollo de software y disminuyen los tiempos entre la generación de nuevas versiones, crece la incertidumbre por la calidad final del producto. Muchas veces disminuye la calidad del núcleo estable del producto y aumentan los errores detectados y reportados en producción.
La automatización de las pruebas funcionales es una alternativa interesante para las empresas que quieren asegurar cierto nivel de calidad antes de cada liberación de productos o versiones. Aportan tranquilidad al ajustar y mejorar las principales funcionalidades, ya que brindan información sobre el impacto de los cambios realizados.
Es relevante seleccionar la herramienta que mejor se adapte al producto. La automatización es una inversión. Es tan importante el costo de la herramienta, como el tiempo que requiere la generación de los “scripts” de pruebas.
El CES ha extendido su proceso de pruebas funcionales ProTest, para considerar las actividades específicas de automatización.
El resultado del servicio consiste en una plataforma de automatización de pruebas funcionales y un conjunto de ”scripts”, que pueden ser posteriormente ejecutados y mantenidos por el equipo de la empresa, constituyendo la base para futuros esfuerzos de automatización.
El cliente recibe documentación sobre el plan de automatización, el diseño de las pruebas y el informe final del proyecto.